Estoy segura de que existen las otras vidas. Porque no encuentro por qué estaré pagando ahora entonces... y mientras tanto todo lo que entra a mi cuerpo encuentra la forma de salir, de salir corriendo; y es que acá adentro, todo debe estar prendiéndose fuego, del más rojo y del más vivo.
De todas maneras, reconozco que al menos yo; yo me puedo ir. Digo, todos somos libres de irnos, pero a mí, a mí no me ata casi nada (es que cuando no se tiene nada, no se tiene nada que perder); y estoy segura de que si perdiera alguna de estas piezas no me alcanzarían las próximas mil vidas para arrepentirme, pero aunque cada minuto de esta puta vida sea una segunda chance, me sigo atando los huesos yo misma, como si cada respiración sobrara, como si cada latido fuera en vano.
Aunque esté a horas del suelo, aunque me sienta volar, no olvido que salté de un precipicio del cual caigo y no dejo de caer -
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